domingo, 22 de abril de 2012

El disputado puesto de Fina





A sus 65 años, Fina, a pesar de su uno ochenta de estatura y sus ochentiseis kilos,  apenas puede con el pesado carro de transporte de bandejas de la 6ª derecha, con “aforo” para 20 pacientes. ¡¡¡¡ Fina se jubila !!!! con sentimientos enfentados. Le aflige dejarlo. Es gran parte de su vida. Ha pasado más años en el hospital que en cualquier otro lugar. Esta es su segunda casa y su segunda familia. Mientras empuja el carro, piensa en su nieta Sofia. Ahora podrá disfrutarla, y ayudar a su hija Fini, la de la 4ª y 5ª, la cual hace unos años entró a cubrir vacaciones y se ha quedado “fija”. Menos mal, con la que está cayendo. Fina piensa hablar con Aurora y Ramón para que su hija “herede su puesto”, será lo poco que le pueda dejar.

Erica, la auxiliar de cocina más antigua de la plantilla, después de Fina, con sus 60 años, espera con impaciencia la jubilación de su compañera. Su puesto le corresponde por ley. Una ley no escrita, pero que se aplica a rajatabla en el hospital. La más antigua elije. Siempre ha sido así. ¡Qué bien!. Sus fuerzas ya no son las que eran y la 6ª derecha es muy cómoda y tiene muy poco trabajo. No será fácil. Conoce el poder de Fina y su gran influencia en Aurora, y seguro que intercede para “enchufar a su hija”. Se las tendrá que ver con ella, un conflicto más. Un estado de desasosiego, mezclado con cierto brote de rabia la invade.

Isabel padece una minusvalía auditiva del 30%, lo cual no es suficiente impedimento para estar al día en todos los cotilleos. “Pregunta a Isabelita”, se comenta en cocina en cuanto surge cualquier rumor. Este no le interesa y lo lleva cuidadosamente callado. Por eso, hace unos días, ya visitó para tantear a Aurora. Sabe que va a tener que luchar duro, aunque no sabe todavía cómo, con Fina, Fini, Erica y alguna nueva despistada más. Es justo que el puesto sea para ella.

Cae la tarde cuando Aurora se dirige al pequeño pero bullicioso colectivo de auxiliares de cocina, en la misma sala donde esta mañana ha pasado el peor rato de su vida en la inesperada convocatoria. Sigue ese olor a humedad característico y que le será difícil, ya, de olvidar. La tenue luz la ayuda a tranquilizarse un poco. Inicia su informativo. “Buenos días chicas, en primer lugar, quiero agradecer a Fina la labor desempeñada en su puesto de trabajo a lo largo de todos estos años, la cual finaliza hoy. Se jubila y con ella, se jubila un sistema de trabajo, y el pesado puesto de reparto de carros a cocina. Como sabéis de los comentarios de la convocatoria de esta mañana algunos compañeros no siguen en la empresa, y otros lo harán en un nuevo centro en la ciudad”. Nota como se le seca la boca. “Así pues, ha quedado parte de su trabajo pendiente, el cual asumiréis vosotras y dejáis de transportar carros hacia planta, ya que esta labor, a partir de mañana, será desempeñada por unos nuevos compañeros que se incorporan y que os quiero presentar”. Un haz de rayos multicolor se difumina en la pantalla donde aparece un nuevo y curioso compañero de trabajo.




El colectivo de auxiliares no lo podía creer. Fina se pellizcaba pensando que no era más que un sueño, mientras Fini apretaba su la mano.sin poder abrir la boca. Mientras, un paso por delante, Isabel ladeaba la cabeza para intentar oír mejor acercando su oreja buena, que casi rozaba la enorme sonrisa de Erica que pensaba "Se acabó de empujar pesados carros".

1 comentario:

Unknown dijo...

Para todos aquellos que me habéis manifestado vuestra preocupación por el hecho de que las máquinas nos irán sustituyendo. La máquina nunca sustituirá al hombre, sino tan sólo alguna de sus actividades. No caigamos en los errores que cometieron nuestros antepasados, en la revolución industrial. Un saludo a todos.