domingo, 21 de octubre de 2012

Rulo monta un gastrobar

Rulo ha sido despedido. Después de 20 años como profesional entregado a la hostelería, la nueva empresa de restauracion colectiva no cuenta con él. Si bien ha recibido el dinero correspondiente a la indemnización legal, este le quema en las manos. ¿Qué opciones tiene?. La cuantía de la prestación por desempleo le obligará a consumir parte de la indemnización, al ser menor que sus costes mensuales. No hay ofertas de empleo, y aquellas que se ofrecen reciben centenas de candidatos, la mayoría mejor preparados que él. ¡Ay!, si se hubiera preocupado por aprender algo más, o hubiera sido capaz de poner en valor su profesionalidad ante su nuevo jefe, se lamenta. Una idea le ronda de nuevo en la cabeza, inaugurar un gastrobar. Considera que ha llegado el momento, después de todo, él se considera un profesional, y su señora cocina muy bien. Considera, que, por lo menos, el negocio facturará un mínimo para pagar costes y dos o tres sueldos. ¿Porqué no intentarlo?.

Ricardo pasa por delante de un nuevo negocio, el cuarto que abren en el mismo lugar. La cara de pocos amigos del único camarero, muy elegantemente vestido, le parece familiar, pero no logra recordar de qué. Alli mismo, anteriormente, hubo una famosa cafetería conocida por sus variadas y deliciosas tostadas que se convirtió, más tarde y con un nuevo propietario, en una taberna con multitud de tapas. Cambió de nuevo de propietario para pasar a vinacoteca, con excelentes caldos y ahora un nuevo negocio de restauración, un gastrobar. Ricardo considera que el actual diseño parece, a priori, poco operativo, la decoración mal equilibrada, tonos cromados, telas de lino y madera noble desordenados; olores procedentes de la cocina secuestran el aroma de rosas a la única pareja que hay en el local, sentada al fondo, en la barra. La iluminación le dará una mayúscula sorpresa en el primer recibo a su nuevo dueño.¿Cuánto tiempo perdurará este negocio?, ¿Cómo es posible que haya personajes tan imprudentes, que no hagan, como mínimo, un pequeño estudio de mercado?. Saber cual es su venta estimada, costes y punto de equilibrio es fundamental. Aún así, la venta debes conquistarla de la competencia, ¿Qué vas a ofrecer diferente y mejor que ella para trasvasar sus clientes a tu negocio?. Claramente, viendo la lista de precios a la entrada, el propietario ha orientado su negocio a precio, lo que le requerirá vender mucho más que la competencia para poder asumir los mismos costes que esta, dueña y señora del actual cliente. España es el país de la Unión Europea con más establecimientos de hosteleria por habitante, 1 bar por cada 129 habitantes, sólo superada por Chipre. El ser humano, español, no aprende. Hace unos años, fontaneros, electricistas, zapateros, etc. pensaron que podían ser constructores, promotores, profesionales del sector inmobiliario, etc. y así les fue, construyeron miles de edificios que todavía están a la venta, con crédito que no  tenían y que ahora no pueden pagar. Lo mismo está pasando con los bares, ahora te monta un bar cualquiera, pensando, erróneamente, que todos están capacitados para este negocio, pero del cual desconocen muchos aspectos importantes. Esto es un mal para el sector, que acaba de asumir la nueva subida del I.V.A. y en el que, además, la caída del consumo ha llevado el número de establecimientos al nivel de hace quince años.

¿Qué más habría que tener en consideración a la hora de abrir un negocio?.

sábado, 6 de octubre de 2012

El fraude del insolidario Alfonso

                             Antonio y Alfonso, diríase que son conocidos. Son ese tipo de señores que se encuentran periódicamente en el rápido desayuno o en la pausada y merecida cerveza de un Viernes noche de una Cafetería, tras una intensa jornada laboral. Precisamente hoy es Viernes, 28 de septiembre. La próxima semana los niños de Alfonso se quedarán en el comedor escolar, gracias a la  beca correspondiente a una familia con bajos ingresos. Los ingresos de Pilar no constan en la unidad familiar porque tiene, ilegalmente, la peluquería en un altillo, con el típico toldo rosa que, en alguna perdida tarde-noche de invierno, algún necesitado ha entrado con la intención de solicitar el servicio equivocado, hasta que se ha topado con un secador industrial o la cara de pocos amigos de Pilar. Alfonso acaba de llevarlos al colegio porque, hoy, su esposa tiene que abrir antes la peluquería. Los Viernes son muy concurridos siempre, pero ahora con la crisis más, mucho más. Las pocas clientas que tenía entresemana se han pasado a los Viernes, Sábados y vísperas de festivos. Eso le ha obligado a contar esos días con un par de aprendizas, Sole y Mila, a las cuales paga malamente y, por supuesto, en negro. No las tiene dadas de alta. Ya tuvo mucho ojo al seleccionarlas, mejor que estuvieran cobrando el paro, así no podrían denunciarla.

Como cada principio de mes, Antonio pasa por el Banco.

- ¿Sería tan amable de domiciliarme la cuota del comedor de la empresa de restauración colectiva de mis hijos?. Este año no hay beca.- Mira nerviosos el reloj, se le presenta un intensa jornada, como preparar la facturación con el nuevo I.V.A, los costes de la seguridad social, o formalizar un montón de finiquitos correspondientes a los contratos de las sustituciones de verano, si bien, con la crisis, tiene menos finiquitos que el anterior. A su espalda, un poco lejos de ventanilla, escucha la conocida voz de Alfonso, que se dirige a una ancianita.

- Buenos días. ¿Le importa que pase delante?, voy a cobrar el paro pero debo presentarme en la consulta del médico a las 09:20.

Realmente tiene cita por la tarde, a las 19:30, pero en su lugar le espera el cochambroso tallercito de su cuñado, a las afueras de la ciudad, con un urgente pedido de calzado, casi completado. No está mal, el sector del calzado parece que se recupera justo cuando se le va a terminar el periodo de prestación. El próximo año echará de menos ese doble sueldo, al que lleva ya unos alternos años acostumbrado.

La ancianita le muestra cara de desprecio y no se mueve, dando la callada por respuesta. Alfonso, mientras espera en la cola, recuerda como últimamente ya no espera en la consulta tanto como antes. Hay más centros de salud, y más médicos. Recuerda como pasaba algunas tardes enteras en la sala de la consulta médica, en cuyos azulejos verdes se reflejaban las innumerables peleas de señoras que se reclamaban agresivamente su turno. Tendrá que encontrar, en la próxima ocasión, una excusa mejor, reflexiona.

El silencio de la oscura noche en la calle contrasta con el jolgorio y la luminosidad de la barra de una cafetería. Reclama protagonismo la amarga rodaja de pepino del gin&tonic de Antonio, justo al lado de la cerveza con tapa gratis de Alfonso. Frente a ellos, en la televisión, las noticias de la primera enuncian nuevas medidas encaminadas a reducir el déficit del país, entre las que se encuentra el aumento de impuestos, la supresión de trabajadores públicos interinos, etc.

 - Que poca vergüenza que tiene el gobierno, cada vez abusa más de los pobres trabajadores como yo, -le comenta un convencido Alfonso a Antonio - Oye, ¿tú crees que nos quedará alguna ´"paguica" cuando nos jubilemos?

A Antonio, que conoce al "pájaro" perfectamente, le va a sentar mal la copa, por lo que se dirige al camarero mientras trata infructuosamente de sonreír a Alfonso.

- Mire usted, no le cobre a ese señor su cerveza que, ya puestos, se la pago yo también. A ver cuándo este gobierno decide eliminar el dinero físico y obliga a todo el mundo a pagar electrónicamente, devengándose el IVA en las mismas transacciones.

Alfonso que, del comentario que este señor tan educado ha hecho, tan sólo ha entendido lo de la cerveza,  le esboza su mejor sonrisa, a título de despedida.

Y usted, ¿Lo hubiera invitado?, ¿Porqué?.