sábado, 8 de enero de 2011

Gobernar Personas en el sector de la Restauración Colectiva




Nuestro sector se caracteriza porque la gran parte de los trabajadores que integran las diferentes empresas que lo comprenden son temporales. No porque así lo pretendan las empresas, sino porque la empresa adquiere y pierde centros constantemente, los cuales gestiona temporalmente, gracias a la participación en concursos públicos, y en menor medida, a los contratos privados. Los trabajadores conocen que el paso de la empresa por su centro de trabajo es temporal. Están acostumbrados a ver “pasar a las empresas como Pedro por su casa”, y algunos de ellos perciben salarios fijos consolidados, con antigüedades altas. ¿Cómo dirigir eficientemente a los Recursos Humanos que integran una empresa de restauración colectiva?. Comencemos por llamarlos personas y no trabajadores. Comencemos por eliminar la palabra: recursos. No, no son recursos, como lo pueden ser los materiales, o los financieros, son personas. Personas libres, con sus propios objetivos. Dirigir personas es un arte. Decía Aristóteles que las personas no sólo se dirigen, además, se gobiernan; no hay dos personas iguales, y este arte se aprende con la madurez, la cual no siempre se adquiere con la edad. La tarea de gobernar implica conocer muchas áreas, saber integrarlas todas ellas en un conjunto y tomar decisiones de las cuales se derivará una responsabilidad, sobre la cuenta de resultados, pero también sobre las consecuencias inherentes a los miembros de la organización. Quienes tienen como tarea profesional la dirección de empresas deben hacerlo con la suficiente sensibilidad y preparación humanista que les permita entender la complejidad que les rodea en la organización. Nos encontramos con que los profesionales han estudiado la ciencia y la técnica, descuidando demasiado la ética y la humanidad. Debe haber comunicación para conocer cómo hacer felices a nuestros trabajadores. Perdón, no a los trabajadores, sino a las personas que trabajan con nosotros, y que ellos entiendan el objetivo que se persigue con su contratación; exáctamente para qué se les retribuye. Utilicemos el Feedback para comprobar que nos hemos entendido. Facilitemos su trabajo y reconozcámoslo. Deben sentir que su trabajo conlleva una serie de beneficios que ayuda y hace felices a los clientes. Más si cabe, en nuestro sector, rodeado de niños que aprenden a comer bien, de ancianos que requieren de una correcta valoración nutricional, de pacientes que, en la mayor parte de las ocasiones tienen asignada una dieta terapéutica..... Perp no sólo debemos alimentar el cuerpo de nuestros clientes, intentémos alimentar el alma, en la medida que nos sea posible, eso también entra dentro de nuestro trabajo. Por todo ello, la retribución emocional a las personas que trabajan con nosotros no basta, debe haber una parte de ese beneficio que vaya a premiar el trabajo excelentemente realizado, mediante la retribución variable.
Las empresas han pasado a ser instituciones sociales. Comunidades que, cada una de ellas, buscan un objetivo común. Consumen recursos de la sociedad y, por lo tanto, tienen una responsabilidad social para con ella, pero sobre todo para con sus integrantes. Gobernemos personas y dejemos de dirigir trabajadores.




FELIZ AÑO 2011