sábado, 16 de febrero de 2013

El objetivo del malogrado Morales

Saltan las alarmas. No se ha cumplido con el importante objetivo que se le encomendó a Morales, responsable de la gestión de la cocina en una empresa multinacional de restauración colectiva. La importancia del cumplimiento del objetivo y los perjuicios que para la empresa implicaría la no consecución del mismo estaba perfectamente explicado a los diferentes responsables de centro, entre ellos Morales. Tanto es así, que se había cuantificado para poderse medir, y se había firmado el compromiso aceptado por los asistentes, con una retribución monetaria añadida. Todo indicaba que era alcanzable. Ahora, este incumplimiento supone un importante problema para Antonio, que convoca una reunión con su responsable de centro, Morales. Espera de la misma averiguar cual fue el motivo del incumplimiento, y tomar una serie de medidas encaminadas a evitar que vuelva a suceder.


Las iluminadas negras cortinas laterales reflejan la potente luz del interior de la oficina. Están desplegadas y, desde el exterior, dotan al vecino pasillo de cierta penumbra, conservando la intimidad de lo que ocurre dentro. El olor del guiso del día escapa de la cristalina barrera acompañando a Morales en su entrada a la oficina, cargando de cierto volumen el aire del ambiente, y acariciando levemente a un par de trofeos de la estantería, la colección de carpetas que habita justo debajo y el tablón de anuncios invadido por varios documentos, un calendario y algunas fotos superpuestas. Hoy le toca supervisión a él, y debe ceder una parte de su despacho al itinerante Jefe de Zona. Esa pequeña oficina representa mejor que nada, para Morales, su éxito dentro de la empresa. No posee estudios universitarios, pero fue uno de los primeros empleados. La ha visto crecer mientras trabajaba duro, viviendo y solucionando auténticos problemas. Posiblemente, como el que más. Sin embargo, los reconocimientos y éxitos siempre le han evitado. Le ha costado mucho progresar desde que inició su labor como auxiliar de cocina. Presenta el rostro tranquilo, afable. No conoce el motivo de la reunión. No se lo espera. Se sienta, mirando directamente a los ojos y pronunciando un:

- ¡Todo tuyo! ¿Que tenemos para hoy?

- Buenos días, Morales. Gracias por atenderme. Nos llevará sólo un momento. Estamos aquí reunidos porque ha habido un incumplimiento del objetivo que nos marcamos hace unas semanas. Quisiera conocer tu opinión al respecto.

- No estoy de acuerdo -le manifiesta un poco aturdido y bajo la confianza que los años de colaboración con su jefe le infieren- yo no estoy las 24 horas en el centro, y he realizado mi trabajo. ¿Qué más podía hacer? Siempre que estoy en el centro se cumplen las instrucciones. No me podía imaginar que pudiera suceder esto. -La cara de Morales se desencaja levemente esta manifestación tan directa y negativa sobre su desempeño, adoptando el color propio de una rara mezcla de verguenza y enojo. No se esperaba que la reunión fuera por este motivo, y además no comparte la opinión de su jefe.

- Es cierto que has realizado parte... - Antonio, deja un silencio que se convierte en eterno para la agujas de su plateado reloj que domina el borde de la mesa- ...de tu trabajo.

- ¿Qué más podía hacer? traslade la orden y siempre que estoy presente la cumplen. Yo he cumplido.

- Ya ves el resultado. El objetivo no se ha cumplido. No se han seguido las instrucciones ante tu ausencia. Dime, ¿Que más se hubiera podido hacer para evitar esto?

- Nada, se ha hecho todo lo posible. Yo he cumplido con mi trabajo.

- A raíz de este problema, y con la decisión, a posteriori, que hemos tomado, ¿Crees que volverá a ocurrir a partir de ahora?

- No lo creo.

- Bien, entonces, dime ¿Porqué no la hemos tomado antes? ¿Podríamos haber seguido el proceso más de cerca? ¿Podríamos haber estado más pendiente de este objetivo o haber tomado alguna medida más de mayor control?

- ¿Quién se iba a pensar que esto podía ocurrir? Yo entregué las instrucciones y supervisé que se cumplieran cuando estaba en el centro. La culpa es del operario que no las ha seguido.

- Si, pero tu trabajo ¿era tan sólo entregar las instrucciones? o ¿conseguir el objetivo? Tu trabajo es cumplir el objetivo, el entregar las instrucciones tan sólo es una herramienta más, para cumplir con la finalidad del mismo. ¿Has utilizado alguna otra herramienta? Necesito que pienses en ello y en ¿qué más tenías que haber hecho? Gracias por tu tiempo.

- No se podía haber hecho más que lo que hemos hecho- manifiesta cabizbajo el malogrado Morales mientras se despega de la silla y algunas preguntas planean sobre la mente de su jefe que está seguro de que  Morales tiene un problema mayor que el incumplimiento del objetivo, su  mentalidad. Todo apunta a que no acepta su responsabilidad.

¿Cumple Morales el perfil adecuado al cargo que posee en la empresa? ¿Habrá sido su jefe demasiado exigente?

domingo, 3 de febrero de 2013

La empresa multicultural de Blanca


1038. Taifa de Medina Garnata (Granada). Cae la calurosa tarde en el barrio judío Garnata al-Yahud (Realejo) mientras Yusuf Ibn Nagrilah, a sus recién cumplidos 18 años, entre el olor a azahar y algunas naranjas prematuras que dan colorido a la sima del monte y se reflejan en el tranquilo río Darro, observa la ceremonia donde abren en canal una res, después de haber sido hábilmente sacrificada, en aras a que el animal sufra el menor dolor posible, como así indica su religión. El sohet hace el bedicá y asiente.

- ¡Casher!- exclama ante el sonoro beneplácito de los presentes.

Inmediatamente la res es alzada de modo que vierta toda su sangre, rompiendo el monótono suelo gris, antes de hacerle el nicur y ser salada. Será parte del banquete, con motivo de su victorioso regreso de la guerra, que disfrutará en familia el visir de los ziries y meritorio general del emir Badis Ibn Habbus. Es llamado Isma´il Ibn Nagrilah, es su padre y  Badis Ibn Habbus le debe su reinado. Isma´il Ibn Nagrilah le financió y dirigió el ejército que derrotó el levantamiento de su primo que pretendía arrebatarle el reino, aprovechando la muerte de su padre, fundador de Medina Garnata (Granada) en 1013, a raíz de la desintegración del califato de Córdoba. Su padre siempre le aconsejó, "mantén a tu lado siempre a dos judíos, uno que sea médico que cuide tu salud y otro banquero que cuide la administración de tu gobierno".

Al otro lado, ya en la Alcazaba Cadima (Albaicín), el barrio musulmán, Yusuf, observa como levanta el polvo por donde pasa un delgadísimo niño esclavo de piel tostada que acarrea, encorvado y apretando sus desolladas manitas, un fardo de leña que prácticamente cubre todo su cuerpo. Es el segundo hijo de la esclava, Fátima Zahra, nacido esclavo y por ello de una valía individual tan importante como la de una modesta casa, lo que eleva la fortuna de la familia. Servirá para que sus padres recobren la libertad, a la muerte de su señor. Se dirige hacia las dependencias del suntuoso palacio del emir, regadas con olor de jazmín, y donde se prepara, con similares técnicas a los judíos, la carne de cien corderos, que debe ser halal y ofrendada a Alá. 

De repente, llama su atención el delicioso andar unas jóvenes cristianas, que acaban de pasan a su lado y cuya discreta sonrisa ha cazado al girarse. Es conocido, y saben que su padre le reportará muy buena posición, no dentro de muchas primaveras. Yusuf despierta de su absorto embobamiento cuando suenan las campanas al tiempo que las jóvenes, camino de la iglesia, se dirigen hacia la puerta bab-Ilvira (Elvira). Una histórica puerta que separa tres comunidades diferentes, tres barrios, tres culturas, que no conviven en igualdad pero sí pacíficamente, sin preveer la sangre que se derramará un siglo después, cuando los almohades terminen con la tolerancia cultural y religiosa de aquellos musulmanes que, cuando invadieron la península, respetaron a los cristianos y a los judíos, puesto que, siguiendo los principios del Corán, no se admitía la coacción en la religión.

Casi 1.000 años después, no muy lejos de donde Yusuf pasaba las tardes, en una auténtica institución multicultural, Blanca tiene ante si una nueva jornada de trabajo, como dietista en un importante hospital. Las campanas de la cercana iglesia suenan casi al mismo tiempo que su inalámbrico teléfono blanco. Recibe una llamada desde una unidad de la planta:

- Blanca, gracias por las dietas de musulmanes y de judíos que nos adaptaste durante la pasada semana. Adivina. Acaba de ingresar Sharuhk, es hindú y tiene una dieta hindú basal. ¿Me puedes ayudar?

- Está hecho, no te preocupes, le pondremos una dieta vegetariana, ya que es la base de su dieta, los pescados raras veces ocupan lugar en su dieta, cambiaremos la carne de hoy, la vaca es sagrada. Por favor, consulta si está inmerso en alguno de sus frecuentes periodos de ayuno.

¿Debería tener su empresa orientación multicultural?