sábado, 30 de junio de 2012

La oportunidad

Un correo descoloca a Francisco. Es el fruto de su idea, escribir acerca de las estrategias de marketing a través de un blog (y de Pinterest), para darse a conocer, y poner en valor todo lo que sabe, con el propósito de acceder a un puesto de trabajo en el área de Marketing. El doloroso parto de la Universidad Miguel Hernández que duró cuatro años, trajo a un recién graduado, pero sin pan bajo el brazo, y sin panadería alguna cercana. Se lamenta mil y una veces, mientras se pregunta "¿qué es lo que pretende ese profesional, Tico, cuyo blog difunde el sector de la restauración colectiva, que se acaba de poner en contacto con él a través de LinkedIn?". "¿Querrá aprovecharse gratuitamente de mi trabajo?". Recientemente, se le terminó el contrato becado en una pequeña empresa de distribución, donde nadie le ha ayudado y al final no ha conseguido poner en práctica nada de lo aprendido en cuatro años. Lamentablemente, el problema radica en  el desconocimiento de la materia y la mentalidad de algunos directivos, reflexiona. Varias prácticas que anteceden a la penosa situación de desempleo en la que se encuentra fueron de lo más lamentables. En referencia a su vocación, como mucho podría ser nombrado el chico del café del 2012.


Ahora, alguien con un puesto de responsabilidad en una de las empresas del sector de las colectividades se ha interesado por su blog. ¡Por fin!. Es invitado a conocer y a aplicar sus conocimientos en una desconocida área. "¿Podrías escribir algo acerca de la restauración colectiva?", le sugiere. ¡Un verdadero reto!. Pero, "¿Qué es realmente la restauración colectiva?", se pregunta. No tiene ni idea. Decide, a través de varios correos, manifiestarle al desconocido su elegida ignorancia, solicitándole información al respecto. Le insta a que le explique un poco más a qué se dedican las empresas del sector en cuestión y sus características, que le exponga un proyecto en concreto sobre el que escribir, que le comente de qué materia le gustaría que tratara,... y así un conjunto de preguntas que le oriente acerca de lo que debe hacer realmente.

Tico, realmente conoce la importancia de tener en plantilla un Community Manager, que le potencie su negocio, su publicidad, su atención al cliente, que fomente amplias posibilidades de colaboración, incremento de contactos, que consiga información de sus clientes, del mercado, tendencias, etc. Un mundo paralelo al cual no tienes derecho a renunciar, si pretendes sobrevivir en cualquier sector. Además, gratuito, y una inagotable fuente de ideas de mejora. También, considera que los profesionales de su empresa deben poseer perfil proactivo. "Ni se ha molestado en leer mi blog", considera. "¿Qué pretende?, ¿Que le haga un resumen?". "Hay una fuente inagotable de información en la red y, ¿me la solicita a mi?". "Si lo contratamos, seguramente, me tocará hacer horas extras para hacer también su trabajo". Tico reflexiona, mientras Francisco espera una llamada o un correo que ya nunca llegará.

sábado, 9 de junio de 2012

El candidato


2 de Enero 2006. Nuevo centro a gestionar durante dos años en Mallorca. Una tasa de paro del cero por cien había cultivado la zona con verdaderos mercenarios que dejaban un trabajo por otro, por unos euros más y sin previo aviso, siempre después del día de cobro, a traición. Antonio iniciaba la gestión de una cocina hospitalaria ansiando al profesional que le librara de la anarquía que dominaba el centro, y necesitaba ayuda para poder dedicarse a los otros siete centros que configuraban su zona. Desorganización en el personal, descontrol en los costes, imprudentes prácticas de manipulación que en otros tiempos serían penadas por la inquisición con el fuego eterno y un largo étcetera de problemas. Eso y una humedad de las que se te mete en la espina dorsal y ya no te abandona jamás.


Tras el anuncio en la prensa, en búsqueda de un responsable de centro,  la esperanza es depositada en una lista de tres profesionales del sector de la hostelería. Tan sólo uno poseía experiencia en el sector de la restauración colectiva. Antonio no era experto en selección, si bien la experiencia le había enseñado algunos principios elementales en dicha tarea. Además, el olfato le iba a la perfección y le ayudaba a decidir, con unos excelentes resultados. Lugar de entrevistas de selección, una pequeña y discreta cafetería del AC Ciutat de Palma, con café gratis, donde se alojaba. Como testigos de las entrevistas, una mesita pequeña de cristal acompañando tres clásicos sillones fucsia oscuros, que integraban el noble espacio de paredes wengue, iluminadas a duras penas por tímidas lámparas turcas acurrucadas en los rincones.

18:00 horas, aparece el primero de los tres candidatos interesados la oferta de empleo. Puntual. Formalmente vestido. Demasiado, para sus vientitrés años. Estudios en hostelería. Miles de prácticas, cursos, seminarios. Insultantes pretensiones salariales (superiores al salario de Antonio), sin experiencia alguna en dirección de personas. Sería una merienda de negros. Descartado.

19:00 horas, segundo candidato que mira intimidatoriamente, mientras se sienta, con el permiso de su prepotencia. Mediana edad. Curriculum inflado. Experiencia leve en restauración colectiva. Estudios, los obligados. Antigua escuela. Guerra civil inminente. ¿Descartado?.

19:45, no aparece el tercero. Antonio considera que lo hace por vergüenza. Cuatro horas antes había llamado para preguntar dónde estaba el Hotel. "Tiene usted la dirección en la oferta, lamento no poder ayudarle más, no soy de Mallorca como usted".

19:50 ¡Sorprendente!, suena la melodía de su móvil, carpeta y apuntes recogidos. Antonio piensa: "No sólo llega tarde, sino que se atreve a realizar una segunda llamada". ¡Intrépido!. Suena una voz, ¿Femenina?. "  Mire usted, mi marido es que va conduciendo, y no se puede poner, pero me pregunta que si el hotel que usted me indica es el antiguo Hotel Mallorca". Antonio, considera por un momento que le toman el pelo. Un ruido de fondo le confirma que la realidad supera la ficción. "Lamento no poder ayudarle más", repitió Antonio un poco divertido por la situación. "Como le mencioné, no conozco Mallorca". Se hace cruces, "¿Cómo narices va a dirigir la cocina del hospital un señor que no es capaz de encontrar un hotel y manda llamar a su mujer para preguntar?". Tercera llamada, suena una avergonzada voz,  "mire usted, señor, estoy llegando, es que llevo muchos años fuera y esto ha cambiado un poco, ¿Me esperaría cinco minutos?". Antonio piensa, ¡Que diantres!, no tengo nada que hacer. ¿Porqué no?. "Por supuesto, no se preocupe".

20:10 Aparece la pequeña e inquieta figura de Morales. Minúsculo señor, rondando ya la jubilación. Sudoroso. Con semblante de preocupación y cierto nerviosismo, como el que llega a un examen sabiendo que va a suspender. "Mil perdones, señor, es que llevo mucho tiempo trabajando en La República Dominicana y Mallorca ha cambiado mucho". Políticamente correcto. Formación adecuada. Experiencia en el sector de la restauración comercial, cruceros, hoteles,... ¿Hay alguna cosa que este señor no haya hecho en hostelería?. Sí. Restauración colectiva. Termina la entrevista. Morales se despide con un semblante ya más tranquilo, vuelve la cabeza. "Señor, y recuerde que con mi edad desgrava mucho la seguridad social". "Este no sabe lo que se cuece en este sector". Descartado.

Día siguiente, a media mañana, desbordante trabajo, llamada inesperada: "Señor, no se si me recuerda, soy Morales, es que estoy por la zona y le quería pedir permiso para pasar a ver el centro, si usted no tiene inconveniente". "Por supuesto Morales". A ver si esta visita me lo quita de encima, piensa Antonio. Este, cuando vea esto, sale por piernas. Nada que ver con un hotel. Al entrar, Morales saluda y solicita pasar al interior de las dependencias. A los diez minutos, aparece blanco. "¿Pero, como tiene usted el centro así, es que no aplica APPCC?. No hay rotación producto, ¿Quién es el Jefe de Cocina?. Es que el personal, pero al personal ¿Quién les ha enseñado a trabajar?, debe tener usted muchos accidentes de trabajo, señor". Antonio estaba estupefacto, no sólo no se ha asustado con lo que hay aquí, es que se me ha puesto a trabajar aquí por las buenas. "Señor, ¿Me puede decir usted si tengo alguna posibilidad?", se despide educadamente, "es que tengo que marchar unos días a dejar solucionados unos temas, pero si hace falta no me voy. Y, recuerde usted señor, que con mi edad desgrava su empresa mucho en la seguridad social". Antonio, atónito le contesta, "Morales, váyase. Cuando regrese, le estará esperando el puesto, se lo ha ganado".