sábado, 31 de marzo de 2012

Una convocatoria inesperada

Sergio, al igual que muchos de sus compañeros, lleva toda una vida trabajando como Auxiliar de Cocina en el Hospital General Universitario. Terminó sus estudios de bachillerato y consideró que ya estaba bien de estudiar, pese a la oposición de sus padres, y de algún hermano, que cada  vez que lo ve, se lo recuerda, aunque no con palabras. Sólo hay que verlo, le va muy bien, impertinentemente bien. ¿Para qué estudiar más?, se preguntaba en ese momento. No ha cambiado de opinión. Veía a su hermano secuestrado por los estudios a altas horas de la noche, los fines de semana y las vacaciones. Él no iba a desperdiciar de ese modo su vida. Con lo que le obligaba la empresa ya era más que suficiente. ¿Para qué más?. Ahora, unos años más tarde, Sergio, afronta la inesperada convocatoria junto a muchos de sus compañeros frente a la puerta del salón de actos, situado en la mitad del angosto pasillo, que les obliga a dispersarse en pequeños grupos, influidos sin duda por el grado de amistad personal. Desconoce el motivo de la reunión,  pero el rostro de su encargada Aurora estos últimos días, las obras de acondicionamiento de parte de la cocina donde se ha visto máquinas nuevas y el sigilo con que se ha llevado todo, le dan mala espina.

Rebeca, sufrida Auxiliar de Cocina, no es capaz, ni por un momento, de sacarse de la cabeza la delicada situación económica por la que atraviesa. Diplomada en Nutrición y Dietética, la vida no le ha sonreído. Parece como si siempre llegara tarde unos minutos a las oportunidades que te da la vida. No será por las madrugadas que ha inagurado, se lamenta mientras espera, al principio del pasillo, por el que, de repente, aparece el Jefe de Operaciones y el Abogado de la empresa. Levanta la cabeza el Presidente del Comité de Empresa, Ramón, para observar que, detrás, a unos metros, le sigue cabizbaja la encargada del centro, Aurora. Tras ella se va cerrando el delgado hueco que se abría ante el paso de la comitiva. 

Un crujido anuncia que el salón de actos les invita a pasar. El olor a humedad denota que no ha sido usado desde hace unos cuantos días, lo que produce todavía más desasosiego en los asistentes, en el mismo momento en que se los traga por la delgada puerta.

Señores/as, buenos días -pronuncia el Jefe de Operaciones inagurando el comunicado. En primer lugar agradecer su asistencia. Seré breve. Ustedes conocen el esfuerzo que ha realizado la  empresa para conseguir el contrato, ofertando el necesario bajo precio objeto de la adjudicación y así poder seguir compitiendo en el, difícil de por sí, mercado de la restauración colectiva, y más en la actual situación en que se encuentra la economía. Ello nos obliga a reducir costes. Esto es posible gracias a la tecnología que les vamos a mostrar. Se apaga la luz y aparecen unas imágenes que, a medida que transcurren, imponen al colectivo asombro, cuentas obligadas, y un amargo temor final.



La luz vuelve a invadir el frío espacio mientras suena de nuevo la voz del Jefe de Operaciones, adquiriendo la tonalidad de un implacable Juez. Hemos seleccionado, acorde a su formación, a varios profesionales que seguirán con nosotros en el Hospital. El resto, tienen la posibilidad de aceptar otro puesto de trabajo en un centro geriátrico, cuya gestión vamos a asumir esta misma semana en la ciudad. No hay trabajo para todos, lamentablemente, La empresa ha hecho todo lo posible por que todos ustedes conserven el puesto de trabajo, pero no va a ser posible en unos cuantos casos. La selección se ha realizado mediante el análisis del informe del desempeño y la formación acreditada que poseen, relacionada con el nuevo puesto que ofertamos. Hemos elaborado dos listas que hemos expuesto en el tablón de anuncios a mi derecha, con nombre, apellidos y su nuevo puesto de trabajo. Los trabajadores que aparecen en la lista número uno recibirán formación técnica para continuar en este centro, pero en su nuevo puesto de trabajo, que se inicia mañana. Los que aparecen en la lista número dos recibirán, también desde mañana y hasta el próximo Viernes, día en que se abre el nuevo centro, la formación adecuada a su nuevo puesto de trabajo. El resto tiene preparado el finiquito e indemnización, así como toda la documentación para solicitar la prestación por desempleo. Pueden pasar por la mesa que ocupa el Abogado y el Presidente del Comité de Empresa. Los trabajadores que ocupan la lista número dos deben esperar fuera unos minutos para firmar el comunicado de traslado. Muchas gracias por su asistencia y sobre todo por la dedicación de estos años en la empresa.

Rebeca respira aliviada, mientras ve su nombre en la segunda lista, con un ascenso de categoría incluido. Unas lágrimas se le escapan de sus vidriosos ojos marrones, en los cuales se puede reflejar la cara de incredulidad de Sergio, el cual no aparece en ninguna lista, por mucho que se busque en ellas.

5 comentarios:

Oscar dijo...

Tiempos dificiles para la lirica. Muy bien escrito. Un saludo, Oscar.

Juan dijo...

Muchas gracias por tu amable comentario, Oscar. Recibe un cordial saludo.

Leticia Domìnguez dijo...

impactante narracion. ademas de tener tus méritos profesionales, reconozco los literarios eh?. felicidades.

Unknown dijo...

Muchas gracias por vuestros comentarios, que añaden valor al blog. En realidad, son su mayor activo. Un saludo a todos, esperando tengan buenas fiestas.

Francesc. dijo...

Que cada uno tome su moraleja. Me gusta, y sumo "Quien deja de aprender muere en vida."