domingo, 23 de noviembre de 2014

Pies de barro

Un problema de cierta envergadura siempre aparece por la puerta con un malvado cortejo, hasta tal punto de que, en muchas ocasiones, pasa a un segundo plano ya que genera en su entorno las condiciones idóneas para que ciertos "enemigos" aprovechen la situación de debilidad de esta situación para iniciar, ventajosamente, una nueva batalla.

 
A Ricardo le acaban de comunicar que ha habido una toxiinfeccion en uno de los centros que dirige para una empresa de restauracion colectiva. El personal estatutario de cocina, cuyo comportamiento nadie corrige y que campa a sus anchas, elaboró ayer un postre a base de clara de huevo para toda la plantilla del turno de la mañana, que ha probado el delicioso veneno que les mantendrá de baja, al menos, una semana. La Salmonella invade rápidamente sus cuerpos mientras el servicio de la cocina se vacía. Por lo que parece, ha fallado el control sobre el producto, ya que esos huevos nunca debieron llegar a sus manos, al menos no para esa elaboración. Mucho tiene que ver la intromisión del personal estatutario en el interior de las cámaras y almacenes, a pesar de que la empresa privada que gestiona la cocina les tiene prohibida la entrada en la misma, pero que permite para evitar enfrentamientos. También ha fallado su actitud a la hora de recibir formación. Algunos de los implicados no asistieron a la misma, sin consecuencias por ello.

La noticia sale en los titulares de la prensa y en los telediarios. Algunos periódicos en los cuales se ha rescindido recientemente la publicidad de la empresa que gestiona el centro se ceban con ella especialmente en sus titulares, magnificando la situación con datos inexactos y sin confirmar la información publicada por nadie de la empresa, que carece de una estrategia y un departamento de comunicación.

El personal del servicio está muy ajustado debido a las continuas bajadas de precio en los concursos públicos y la necesidad de las empresas de ajustar costes para poder competir en un mercado cada vez más complicado. Por ello, y debido a que más de la mitad de la plantilla está de baja, hay que contratar a personal nuevo que desconoce muchas de las particularidades de ese centro de trabajo, que vuelve a cometer ciertos errores. Este servicio es, básicamente, un trabajo en cadena. Si falla un eslabón, falla todo el servicio y el eslabón es muy débil en este caso porque la empresa no se ha preocupado por tener una bolsa de trabajadores formados. Los fallos en el servicio se repiten, con la nula cooperación del personal estatutario, contrario a la privatización del servicio.

La prensa ya tiene jugosa información con la que vender periódicos varios días. Mientras, la competencia más vil,  a la que se le ha ganado limpiamente el concurso público, difunde en las redes sociales los fallos.

Los sindicatos aprovechan la noticia inicial y los errores en el servicio para reclamar que vuelva la gestión pública de la cocina, exponiendo como argumento que la privatización de los servicios al final sale cara, lo que acaba, al final, perjudicando políticamente a la dirección del centro que había evitado siempre entrar en conflicto con los trabajadores estatutarios. Tampoco es mejor la situación de la empresa privada porque se mermará la relación con su cliente, sufrirá económicamente y perderá futuros contratos por los consumidores alarmados por la prensa. Ambas organizaciones, la pública y la privada, han pecado de procrastinacion gerencial.

Enfrentarse con valentía a los problemas en el momento adecuado y sentar bases sólidas dentro de las compañías es una garantía que protege a las empresas del incierto futuro que espera, cruelmente, el momento adecuado para hundir a las organizaciones que poseen los pies de barro.

¿Qué consejos darías a las organizaciones para sentar bases sólidas?
 

domingo, 12 de octubre de 2014

#Tóxico


Un peligroso virus, aparecido en un importante hospital del país es el protagonista esta semana en todos los medios de comunicación y en todas las tertulias. Los profesionales del hospital están temerosos de que el control del mismo se les escape de las manos y haya un contagio generalizado. En el sótano, Antonio, está preocupado. Una de su más altas responsabilidades es la de mantener a raya las bacterias, aplicando correctamente el APPCC. El servicio de alimentación ofrecido por su empresa de restauracion colectiva para los  pacientes, con las defensas mermadas por las diferentes enfermedades que padecen, debe garantizar la seguridad alimentaria al más alto nivel.
 
Pero su preocupación no proviene del terrible virus, ni de las mencionadas bacterias, sino de una especie de toxina que se transmite por vía oral, mediante la palabra. Está presente desde hace un tiempo en algunos de sus empleados. Un informe con nombres permanece encima de su mesa, redactado por un profesional infiltrado en la plantilla.
 
-  ¿Ha sido muy complicado localizarlos? -pregunta Antonio.
 
- No. No ha sido difícil detectarlos -pronuncia el profesional. -Los síntomas son claros y pertenecen a profesionales mediocres, frustrados por el devenir de su situación personal, e incluso profesional. Llegada cierta edad, la vida no les ha sonreído como ellos quisieran, quizás por falta de formación, orientación, esfuerzo, o por todo ello. Su capacidad para ilusionarse por nuevos sueños está ya anulada. Quedarse con la parte positiva y esforzarse para mejorar su situación requiere de una energía que les ha desaparecido, si es que alguna vez la poseyeron. Ahora se embarcan en una nueva misión donde quizá, de esta manera, asuman un nuevo protagonismo. Desde el otro lado y de otra forma. Su nueva misión: destruir en lugar de construir. Dañar. Cualquier problema es bienvenido. Su nueva razón de vivir es que los demás paguen sus frustraciones y cuanto peor les vaya a los  demás, mejor se sentirán consigo mismos. Su éxito será el fracaso colectivo. No importará que les arrastre. Para ello, buscarán a un chivo expiatorio, o varios. Alguien tiene que tener la culpa de su situación. Lo más fácil es hacerlo sobre aquellos compañeros o jefes que son, o parecen, más felices. Los que han progresado o que se sienten reconocidos en la empresa. Nunca admitirán que estos lo consiguieron por méritos propios -bebe un sorbo de agua y continua con su explicación, mientras le mira fijamente. -Los reconocerás porque nunca van de cara. Manipulan a los empleados más débiles, sobre todo a los nuevos. Desinformados y en búsqueda de una relación social dentro de la empresa son un blanco perfecto para sus intereses. Para ello, no dudan de ir de víctimas. Se hacen pasar por firmes defensores de sus compañeros, buscando ser su único apoyo frente a la malvada patronal. Son arrogantes. No reconocen sus carencias, por eso permanecen estancados en el fracaso. Su vía de escape es siempre cuestionar y criticar todas las decisiones de la empresa o de sus jefes. Conocen muy bien los derechos y nunca hablan de obligaciones. Intentan ponerse medallas que no les corresponden y pisan a sus compañeros en cuanto tienen la oportunidad de conseguir un beneficio para sí mismos. Siempre encuentran problemas y culpables en lugar de soluciones. No quieren trabajar en equipo e intentan dividir a sus compañeros en lugar de buscar la integración de todos, respetando la diversidad. No pierden la oportunidad de hacer daño ante el cliente, sobredimensionan los problemas o levantan falsos rumores o sospechas, que siempre ponen en boca de otros. Si alguien no les sigue el juego, lo encasillan en el lado del enemigo. Les boicotean su trabajo a la menor oportunidad y si pueden les obligan a hacer parte de su trabajo. Son, por norma, holgazanes. Malos trabajadores que evitan tareas difíciles o de responsabilidad. Desempeñan sus tareas mal y las finalizan tarde. Son impuntuales, y no hacen su trabajo cuando no son vigilados de cerca. Suelen tener alto absentismo, ubicado siempre en el peor momento para la empresa. La productividad es su enemigo número uno. Una cosa más, a menudo confunden la propiedad de la empresa con la propia.

- Son una terrible carga para cualquier empresa que gane este concurso publico. Si los despedimos perderemos los beneficios esperados y el contrato habrá sido infructuoso. Además, facilitaremos la gestión de la próxima empresa que se haga cargo del servicio, a nuestra costa. Si los mantenemos, el cesto cada vez tendrá más "manzanas podridas".
 
- La decisión es suya.
 
¿Debe desprenderse de los trabajadores señalados en el informe? ¿Qué otras opciones se os ocurren? 

domingo, 28 de septiembre de 2014

La mochila

 Morales luce pantalones negros y una americana marrón que cubre parcialmente su blanca camisa. Anda erguido a pesar de la enorme, pero invisible, mochila que tira de su espalda y amenaza con torpedear su centro de gravedad. En ella, introducidos a alta presión, se maridan múltiples circunstancias negativas y hostiles, agravadas por la actual situación económica y social. Es una curiosa mochila, prácticamente casi llena y que intenta quitarse de encima cada noche en la ducha, pero que difícilmente lo consigue. En algunas ocasiones, cuando cree haberse liberado de ella, aparece repentinamente con más fuerza, si cabe. ¿Cómo desprenderse de ese terrible peso? Morales no puede eludir su responsabilidad, ni sus obligaciones.

En el ámbito laboral, prefiere hacer numerosas tareas que podría delegar a sus subordinados, parcial o totalmente. Necesita hacerlas. Debe hacerlas. Al fin y al cabo, es su trabajo. Así pues, está convencido de que los pedidos en manos de otros dispararán el consumo y los costes. No. No lo puede permitir. También se encarga de la recepción de la mercancía, otra fuente de conflictos; equivocaciones en cantidad o calidad; fallos en el día de servicio por roturas de stock; etc. Además, los proveedores, cada vez más, suben los precios por el encarecimiento de la distribución debido al alza del combustible y eso le afecta sustancialmente a sus costes variables. La elaboración de los horarios también son una tarea imprescindible. Nadie posee su habilidad y conocimiento de las necesidades del servicio para cuadrar bien las horas, y los costes de personal ya son excesivos. Nadie controla a las empresas de mantenimiento cuando se presentan a solucionar las averías, y su coste es también muy alto. Varias horas extras facturadas de más pueden suponer desviaciones importantes en el resultado mensual.  Se ve forzado a asumir esta tarea. Otras adicionales también ocupan su espacio, como las administrativas, las llamadas, las reuniones, la resolución de problemas que surgen en cualquier momento y que no pueden esperar. La situación no ayuda precisamente, los clientes aumentan sus exigencias y algunos empleados desarrollan un desempeño en su puesto de trabajo que deja mucho que desear, a pesar del privilegio que supone ser empleado en estos momentos. La situación económica de la empresa no es nada prometedora. Los números rojos invaden su cuenta de resultados. Las ofertas han sido demasiado agresivas, pero no menos que las que la competencia. Su responsabilidad no entiende de excusas, su obligación es la de rentabilizar la cuenta en cualquier circunstancia. Todo ello va directo a su mochila.

Cuando abandona físicamente su lugar de trabajo, y su móvil o el portátil no le reclaman, asume las tareas propias del hogar, compartidas a dúo. Se preocupa por la salud y educación de los suyos, la situación social, política y económica del país. Sufre especialmente en algunas reuniones familiares o con amigos que le demandan un puesto de trabajo, exponiendo sus traumáticos y reales escenarios. Amigos o conocidos, profesionales con amplia trayectoria o escasa, con forjada formación o carentes de ella, etc. Cientos de perfiles variados que le solicitan un lugar en la empresa y que se acumulan, irremediablemente, en una perniciosa montaña de documentos que le esperará cada día en un privilegiado lugar de su estantería, muy visible y justo encima de los expedientes de los actuales trabajadores, algunos de los cuales se verá forzado a despedir, y casi todos con familia que mantener, hipoteca que pagar y unos hijos que alimentar. No obstante, no hay otra posibilidad. Es su trabajo. Debe aumentar la productividad para que la empresa continúe siendo competitiva y defender los puestos que queden en ella. Todo ello va directo a su mochila.

La invisible mochila posee un fondo aparentemente ilimitado, pero su peso le convierte cada vez más en un hombre solo, distante, con humor desagradable. Un hombre que sólo trabaja, acumula problemas y que se hunde cada día más, porque algo invisible, pero con una desproporcionada fuerza, le arrastra hacia las profundidades. Algo que le impide avanzar tanto a él como a su organización. Sólo una firme decisión le puede ayudar, limpiar a fondo su mochila cada cierto tiempo; sacar de ella algo de peso y repartirlo entre sus empleados, proveedores e incluso clientes. En el ámbito personal debe hacer un esfuerzo por no coger el peso que otros intentarán introducirle y que no le corresponde, porque nadie debe llevar, con demasiado agrado, el peso de los demás. Al menos no por norma.

 ¿O sí? ¿Te pesa mucho tu mochila? ¿Qué harás?

domingo, 31 de agosto de 2014

La #casta y la #chusma

La frenética actividad, habitualmente imperante en la cocina parece haberse detenido. Es el momento del almuerzo. Tan sólo una mezcla de olores en el ambiente y unas voces provenientes del comedor de personal rompen el extraño silencio del lugar y nos indican el tipo de dependencia en la que nos encontramos.
 
 
Habla Pedro "el cocinero", uno de los delegados de personal, y cualificado absentista profesional que utiliza sus conocimientos y mala praxis para poner la empresa pública al servicio de sus intereses y de su tiempo libre, el cual destina principalmente para desempeñar, ilegalmente, el oficio de dependiente en un negocio familiar.
 
- La empresa privada sólo tiene como objetivo enriquecerse a costa del erario público. Para ello no duda en destruir puestos de trabajo, debemos hacerle frente y recuperar nuestro servicio -Pronuncia Pedro ante el auditorio, parte del cual pertenece a la empresa privada y que debe morderse la lengua.   
 
El sindicato en el que milita le ha dado instrucciones de "liarla", como única salida al deterioro sufrido después de las últimas noticias del fraude de las facturas falsas de formación. Por lo que parece, parte de su organización ha robado a los contribuyentes y debe desviar la atención pública en estos delicados momentos. Sus horas de trabajo en el centro son escasas al año, planificando las bajas, vacaciones, moscosos, horas sindicales etc. para disponer personalmente de su tiempo para los fines mencionados Aún así, aprovecha convenientemente los pocos días al año en que asiste al trabajo para confabular contra la empresa privada de restauracion colectiva, contratada para gestionar la cocina del hospital público, y con la obligación de sustituir con su personal propio o el contratado, las bajas del personal estatutario que se produzcan, entre las que se encuentran las innumerables de Pedro. En su puesto de trabajo, Pedro y alguno de sus secuaces, se limitan a boicotear a diario a la organización, con especial dedicación esta semana. Para ello, reducen la productividad, tratan incorrectamente las materias primas y a la maquinaria, e incluso desorganizan al personal, creando pequeños caos que afectan al servicio de alimentación al paciente, y por lo tanto a la empresa privada, responsable del mismo. La empresa carece de autoridad para poder iniciar acciones disciplinarias, y de probar algunas actuaciones realizadas en muchas ocasiones sin testigos, o disfrazadas de errores sin maldad. Aunque, la empresa, ya ha trasladado a la dirección del centro los problemas originados por una pequeña parte de la plantilla estatutaria, especialmente de Pedro, nada ocurre.
 
Aurora, la Responsable de la empresa privada en el centro, casualmente, pasa por delante del comedor y escucha el comentario. A pesar de hacer un enorme esfuerzo por mantener la prudencia se deja llevar impulsivamente, afectada por la cantidad de torturas a las que ha sido sometida durante los años que lleva soportando esta actitud por parte de él y de alguno más de sus compañeros.
 
- ¡Pensaba que el erario público también pagaba al personal estatutario, y el coste de sus desmanes, no sólo a la empresa privada! Sin lugar a dudas, el servicio es más eficiente ahora y por lo tanto cuesta mucho menos al contribuyente. Gracias a ello, puede contratar, por ejemplo, a más médicos, que si que son necesarios y no abandonan su puesto de trabajo dos horas antes de terminar la jornada laboral.
 
- ¡Eres casta! -Grita Pedro con el rojizo rostro desencajado.
 
- No sé muy bien lo que es la casta, pero sí perfectamente lo que es la chusma -Pronuncia Aurora desapareciendo antes de que se monte un follón donde tiene todas las de perder.
 
 
¿Deben reinventarse los sindicatos actuales? ¿Porqué se privatizan algunos servicios públicos?
 

domingo, 13 de julio de 2014

Lose-LOSE

 
El mercado está muy difícil y la empresa pierde rentabilidad y cuota de clientes, lo cual la aboca a la ruina, a un plano secundario, al banco de peces que será devorado por la primera ballena que decida pasar por el terrible lugar donde reside. Ricardo no ha conseguido influir en los directivos del sector, que siguen realizando ofertas muy agresivas, ni ha podido encontrar un oceano azul. Su océano es rojo, muy rojo. La política de reducción de costes emprendida en el último plan estratégico le ha reducido su mercado y eso ha supuesto que los costes fijos porcentuales se nutran de una importante cuota del margen operativo o bruto.
 
Abril dirige a la nueva empresa líder en el mercado de la restauracion colectiva. Espera impaciente al Consejo de Administracion de la empresa en la espaciosa sala. Se ha preocupado hasta del más mínimo detalle, iluminación adecuada, insonorización total y el uso de una fragancia de melocotón y jazmín que, según sus conocimientos de marketing sensorial, hará del recinto un espacio relajante y edificante elevará el ánimo de los presentes. Está preparada, y lo ha visualizado. Aprobarán su nuevo plan estratégico para los dos próximos lustros. No será fácil convencer al grupo, pero cuenta con la suficiente credibilidad para ello. Los datos le avalan. Tras un agresivo proceso de adquisición de medianas y pequeñas empresas, ha conseguido las suficientes economias de escala que le han permitido ganar también en rentabilidad. La empresa se encuentra fuerte y, por ello, ha decidido dar un nuevo gran golpe en la mesa. Deberá convencer al comité de que renuncie a bajas rentabilidades cercanas, no garantizadas en el tiempo, por unas más altas y duraderas, pero más lejanas. Podría haber escogido la estrategia tan de moda: win-win, donde todos los actores ganan. Conoce que esa estrategia tan sólo es temporal en este sector. Siempre aparece algún actor que acaba rompiendo el mercado, y que arrastra consigo a aquellas que han apostado por ese modelo. Su decisión está tomada. Romperá el mercado para poder comprar, como mínimo, a una de las grandes empresas del sector. Su estrategia será destrozar los números de dos grandes empresas que pasan por una situación catastrófica. Están perdiendo volumen y su rentabilidad es negativa desde hace un par de años, principalmente porque les es imposible adaptar sus costes fijos a una situación de pérdida de mercado continua. Irá a por los contratos de sus clientes a coste cero e intentará contratar a sus mejores directivos. Cuando llegue el momento, estas empresas claudicarán ante una razonable oferta de Abril, que se hará con el mercado para muchas décadas. A partir de ese momento habrá que reflotarlas con un nuevo plan estratégico de reducción de costes, favorecido por las economías de escala generadas y con una fuerte negociación con los proveedores desde una posición mucho más sólida.

El Consejo entra en la sala. La iluminación se centra en la pantalla donde se aparece un extraño mensaje: Lose-LOSE.
 
¿En qué se equivoca Ricardo? ¿Se equivoca Abril? ¿Aceptará el Consejo de Administración su propuesta? 
 
 

domingo, 15 de junio de 2014

La "BUENA SUERTE" de los jefes


Tico acompaña a su jefe Ricardo en la auditoría de la higiene de la cocina del hospital, gestionado por una empresa de restauracion colectiva. Llegan a la zona de lavado, donde a duras penas se observa la figura de dos auxiliares entre el vapor del lava-cacerolas. El suelo está mojado y una de ellas esquiva un pequeño charquito que se ha formado alrededor del sumidero. Sale con una enorme bolsa de basura negra hacia la cámara de desechos, donde será depositada. Posiblemente su edad no llegue a los veinte años.
 
- ¡Qué buena suerte tienen los jefes! -pronuncia mientras mira a Tico e intenta pasar entre ellos.
 
Ricardo da un paso adelante impidiéndole continuar. Un brazo la detiene sutilmente mientras busca la mirada de la chica. Su compañera detiene su trabajo y observa divertida la escena.
 
- Es usted muy joven todavía. Cuando, dentro de unos años, posiblemente varios lustros, haya sudado muchas camisetas como la que lleva ahora y haya dedicado muchas horas de su ocio a aprender. Cuando haya pasado muchas noches sin dormir para estudiar porque durante el día tiene que trabajar, haya trabajado cientos de fiestas, fines de semana hasta altas horas de la madrugada y al salir del trabajo se le haga un nudo en la garganta al observar a sus amigos que vienen de fiesta. Cuando haya ganado la suficiente seguridad para tomar importantes decisiones, como esas donde un trabajador se plantea una mejora en su carrera profesional, quizás en otra compañía, donde tendrá que esforzarse por no doblegar las rodillas frente al gran peso de su responsabilidad, la de los demás y la anarquía de algunos resultados. Deberá tomar miles de decisiones y se equivocará en muchas de ellas, pero también aprenderá. Sin embargo, a pesar de ello, el fracaso no pertenecerá a su vocabulario, simplemente porque estará arriesgando su sustento y el de los suyos. Esto supondrá empezar de nuevo varias veces porque, por mucho que usted consiga, no será suficiente para algunos jefes, o bien porque no podrá alinear su moral con la de la empresa. En el transcurso de esos años, se encontrará a personas maravillosas, y grandes profesionales de los que aprenderá mucho. También, sabrá guardarse de otros profesionales negativos que intentarán que fracase, porque ellos o ellas ya fracasaron, y de las personas malintencionadas, esas que sólo miran el defecto de los demás, las que siempre ven el lado imperfecto de las personas que todos tenemos y que sólo se dedican a confabular. Será robada su adolescencia la noche menos esperada y se verá asumiendo papeles que no le corresponden pero que nadie asumirá por usted, ni por los suyos. Se llevará miles de preocupaciones a la cama hasta que aprenda a diferenciar lo que realmente es importante en la vida. A pesar de estar siempre rodeada de cientos de personas, la soledad le visitará cientos de veces y la muerte ya le habrá arrebatado a varios de los suyos. Habrá sufrido enfermedades y desgracias que le ayudarán a saber quién está realmente a su lado y con quién puede contar. Pasarán esos años y la vida le endurecerá lo suficiente como para tomar algunas decisiones. Entonces, cuando todavía continúe formándose y esforzándose para ganar su sustento con los resultados de cada día, posiblemente alguien de la misma edad que tiene usted ahora o quizás mayor pero que haya decidido tomar otros caminos diferentes al suyo, se dirigirá también a usted y le dirá lo que me acaba de decir. Será entonces, y sólo entonces, cuando podrá comprender lo que se siente cuando alguien le dice: ¡Qué buena suerte tienen los jefes!
 
La bolsa de basura permanecía inmóvil mientras sendas compañeras se esforzaban en cerrar una boca que se negaba a obedecer.
 
 
¿El éxito profesional es cuestión de suerte?
 
 
PD: Más información en los enlaces del texto.
   

sábado, 31 de mayo de 2014

Una búsqueda INFRUCTUOSA


Un soleado mediodía acompaña a Silvio y Ramón en su búsqueda de una nueva oportunidad. Silvio viste una camisa blanca combinada con un pantalón chino azul, Ramón un vistoso chándal. Ambos calzan zapatillas deportivas último modelo.


 

Antonio se queda pasmado ante dos chicos con peculiar imagen que golpean la puerta solicitando permiso para pasar. Les da la mano mientras se presenta. Pronto advierte una terrible falta de seguridad en la primera y un pulso de fuerza en la segunda, que le hace apretar suavemente los dientes. No le sorprende la escena. Vive esta recurrente situación casi a diario. Profesionales derrotados que abandonan a diestro y siniestro sus currículos con la buena esperanza de que alguien les abra una puerta en el mercado laboral. El vestuario, la actitud, informarse sobre la empresa, dirigirse al profesional adecuado, puestos a  lo que optar, saber reflejar sus puntos fuertes, entrenar la reformulación positiva, son algunos de los secretos que muchos desconocen para tener éxito en la magnánima lucha por abandonar la extensa cola del paro.

Antonio, a pesar de trabajar como directivo para una importante empresa de restauración colectiva, se dedica unas horas al año a formar en técnicas de búsqueda de empleo, aplicando su amplia experiencia laboral y las técnicas de PNL. Es su contribución a una parte de la sociedad que entiende que anda bastante desorientada en el mercado laboral. Silvio y Ramón forman parte, sin lugar a dudas, de ella.

-Buenos días. Pero,  ¿cómo se os ocurre buscar trabajo así? -Pronuncia Antonio mientras ojea los curriculum vitae. -Veo varios errores. Chicos, mirad, creo que deberíais asesoraros convenientemente antes de seguir perdiendo el tiempo. Yo os podría hacer un hueco en mi próxima ponencia. La primera sesión es gratuita y creo que os puede servir de ayuda para empezar. ¿Os interesa?

- ¡Muchas gracias! Señor, nos lo pensaremos- dice Silvio mientras deniega con las manos la tarjeta que extiende infructuosamente Antonio. -Sabemos dónde encontrarle. Gracias.

Fuera, el cielo se ha nublado y una suave brisa del cercano mar acompaña unas voces.

- ¡No te fastidia Ramón! Venimos a buscar empleo y el tipo este nos intenta vender un curso.

- ¡Que se vaya al cuerno! -jajaja.

 
¿Qué consejos darías a un profesional que busca empleo?

Más información en los enlaces del texto. 

viernes, 18 de abril de 2014

El #dulce #sabor de la #vida


Plasss, chassss, plassss. Las olas golpean sobre el arrecife intentando invadir la playa de Fonforrón, Porto do Son. Sin embargo, ese ininteligible sonido para cualquier persona es un mensaje cifrado para Vicente. Las olas le hablan a su modo. Le dicen que son libres y que busque su libertad lejos. Le dicen que están unidas y que de ahí radica su enorme fortaleza. Es hora de visitar a papá en Canadá y de estudiar una prometedora ingeniería en la universidad. 
 
Una dormida vocación de pastelero, disfrazada de Lunes a Viernes de ingeniería electrónica, empezó a despertar entre los cacharros de la cocina que fregaba asiduamente con conciencia los fines de semana, y alguna que otra noche. Vicente observaba la felicidad de quien trabajaba los dulces y la profunda dilatación de pupilas de las hermosas mujeres y lo más granado de la sociedad canadiense que visitaban la pastelería de su padre, ante semejante presentación de exquisitos dulces y pasteles de crema pastelera, crema de mantequilla, Chantilly,... Las masas le planteaban un reto diario, ser mejor que su maestro, que su amigo, que su compañero y... padre. El horno entró en su vida sin pretenderlo para cambiar la universidad por la escuela de hostelería, donde en tan sólo tres días su nivel reflejó el complemento necesario: las técnicas de decoración trabajando el azúcar, nougat, pastillaje, chocolate plástico, etc.

Pasaron los años, y las olas le seguían hablando a Vicente. Le insinuaban que el mundo era demasiado grande y la vida demasiado corta para desperdiciarla en esa pequeña pastelería. Habría otros negocios que necesitarían de su tecnica en pasteleria y de su pasión. Habría otras personas que deberían aprender algo muy importante: endulzar la vida.

Cuba, Andorra, Portugal, Jamaica, Inglaterra, Santiago de Compostela, ... Lugares increíbles donde Vicente enseñó a numerosos pasteleros pero también aprendió que el sabor dulce muchas veces enmascara a otros sabores y que, dentro del sector, también hay profesionales oscuros, prepotentes, intolerantes, amargos,... Son profesionales que merecían ser desenmascarados, aunque ello le costara su puesto de trabajo o su salud.

Vicente consume ahora, sin pena ni gloria, un típico menú que sirve la empresa de restauracion colectiva en el hospital. Llora su desgracia, su mal infortunio, su lamentable mala suerte, su terrible estado de salud. Su anciano compañero de cama le consuela


-Vicente, no llores. ¡Mírame a mí! Llevo ya varias operaciones y te digo que de esta se sale si eres fuerte y piensas en positivo.

Es un día festivo, un rayo de luz se filtra por la ventana para depositarse sobre una fiambrera tapada. Al abrirla, le sorprende un delicioso postre: milhoja de merengue. Su mente viaja instantáneamente al pasado, y ve a su madre trayéndole este delicioso postre, y de nuevo, desde la distancia, oye las olas que le recuerdan una de sus enseñanzas. Cualquier situación en la vida siempre se cierra con "el postre", que es un severo juez, pudiendo condenar una gran velada o absolverla con un increíble y maravilloso torrente en las glándulas salivales.


La primera impresión mucho cuenta, pero la última absuelve o condena.

¿Qué es más importante la primera impresión o la última?

PD: Vicente! La República Dominicana te espera.
 
Más información en los enlaces del texto.

sábado, 22 de marzo de 2014

COMERSE el servicio


Un soleado día saluda a la adolescente apoyada en el majestuoso árbol, que renace de nuevo, como cada primavera. En los albores de la pubertad, Sofia, vislumbra su inminente paso al instituto. Atrás quedará pronto el entrañable colegio donde ha pasado gran parte de su infancia, y una tremenda tristeza le embarga el alma. Ya siente cierta añoranza y también una gran incertidumbre sobre lo que se encontrará en el futuro. Recuerda los buenos momentos que ha pasado en este colegio, muchos de ellos en el comedor, donde la educación también ha estado presente, pero en el ámbito gastronómico. Buenos ejemplos son, sin lugar a dudas, los buenos hábitos en la alimentación y en la mesa adquiridos, impartidos por las atareadas y simpáticas monitoras. Gracias a ellas, ahora disfruta de la fruta, de las verduras y hasta del pescado; utiliza los cubiertos adecuadamente y sus modales son los correctos en la mesa.

Un niña con de apenas 5 años se cruza en su visión, corriendo por delante de la puerta del comedor que pronto pasará a la historia, y no sólo para ella. Desaparece este servicio. ¿La causa? Una excusa vestida de conciliación entre la vida familiar y la laboral, movida por intereses de asociaciones docentes y favorecida por la gran deuda económica que posee su comunidad autónoma. Un regalo envenenado, puesto que a los profesores se les ha bajará el salario, como consecuencia de una menor actividad. La consecuencia va mucho más allá, puesto que afectará a numerosos empleados de empresas del sector de la restauración colectiva, muchas de las cuales cerrarán, ya que su mayor volumen de negocio se centra en el ámbito escolar.

Las casas de las abuelas se llenarán de nuevo, ante la imposibilidad de los padres de atender en el nuevo horario a sus hijos.  Una porción del estado del bienestar eliminada. Un atracón, que se saciará de un apetitoso servicio público: los entrañables y necesarios comedores escolares.
 
¿Estás de acuerdo con la jornada continua? ¿Ayuda a la conciliación laboral?

Más información en los enlaces del texto.
 

domingo, 26 de enero de 2014

El extraño caso de la CIUDAD SIN HAMBRE

Una revista, con un niño de desproporcionada barriga protagonizando la portada, ocupa las manos de la alcaldesa Ana, pero no su visión, secuestrada por el paisaje que se proyecta a través de la ventana. Al fondo, una gran chimenea que corona la enorme cocina pública se asoma entre unas palmeras que mueven sus ramas acompañando al ligero viento del rojizo atardecer, resistiendo, por el momento, a la incipiente lluvia. La alcaldesa sonríe. Tiene ante si su sueño. Ha sido capaz de alcanzar el hito de proporcionar a bajo coste la comida a toda la población de la ciudad y de forma gratuita a quien no supera el salario mínimo interprofesional.
 
Años atrás, una imagen la marcó emocionalmente, cuando tan sólo era aspirante a una defenestrada política en la oposición, sin recursos y simultaneando su vocación con un trabajo en el sector de la restauracion colectiva. Una noche, momentos después de depositar la basura en uno de los contenedores cercanos a su casa, un grupo de personas se abalanzó sobre los despojos que acababa de abandonar, en una lucha encarnizada. Segundos más tarde, ya en el ascensor, un tremendo pánico se apoderó de ella al advertir su sentimiento de total indiferencia. ¿En qué clase de persona se había convertido aquella estudiante comprometida con la sociedad? 
 
Años después del suceso, las noticias de un periódico local publicaban su nombramiento como alcaldesa de la ciudad. En un lateral, prácticamente desapercibido, en pequeñas letras, aparecía el inicio de un artículo que versaba acerca de la conveniencia sobre si la gestión del servicio de alimentación suministrada en un hospital debía ser pública o privada. Diez euros por día y persona era el precio de una pensión o dicho de otro modo, de cuatro ingestas: desayuno, almuerzo (con dos platos, agua, pan y postre), merienda y cena (con dos platos, agua, pan y postre), para un volumen de cuatrocientos comensales aproximadamente. Si esto era posible, ¿Por qué no trasladar el servicio a toda la población? Evidentemente, las economias de escala del proyecto podrían hacer maravillas y bajar ostensiblemente el coste. ¡Qué maravilloso regalo le había dado su experiencia en el sector!
 
Varias empresas especializadas en el sector de la restauracion colectiva participaron invitadas en el asesoramiento técnico del proyecto. Se elaboró y adjudicó el concurso público, con el compromiso de inversión en la ciudad de una gran cocina central, capaz de elaborar decenas de miles de platos diarios, lo que supuso la creación de centenas de puestos de trabajo directos y otros tantos indirectos. La recaudación fiscal se incrementó notablemente a partir de entonces. El ahorro en energía y agua que se produjo en cada hogar, debido a la práctica erradicación del cocinado y friegue, permitió que los ciudadanos se vieran económicamente más desenvueltos en sus finanzas personales. El ahorro en la recogida de basuras donde ya no había, prácticamente, ni restos orgánicos ni envases, permitía destinar más recursos al proyecto. Además, el ahorro en el tiempo dedicado a la compra, cocinado, friegue, etc. se dedicaba al feliz ocio ciudadano: deporte, tiempo en familia, cultura,...
 
Los tristes bares, lastrados como consecuencia de la crisis, y terriblemente enfadados por la desleal competencia que advertían en el proyecto, cambiaron su actitud cuando se les ofreció la posibilidad de convertirse en bares colectivos, a pie de calle. El precio no era muy atractivo a primera vista, pero el bajo coste de la mano de obra adicional y de la variada comida preparada en la cocina central y lista para ser retermalizada, unido al incremento del  volumen que adquiría el negocio, englobando a centenas de vecinos, les proporcionaría mayores beneficios que los actuales. Tan  sólo tenían que presentar su oferta técnica y económica en el concurso público, ofreciendo un canon  y la inversión adecuada para habilitar sus cocinas e  instalar el hardware y software necesario para la gestión individualizada de los comensales. El negocio era redondo para ambas partes.
 
Así pues, los ciudadanos pueden desayunar, comer y cenar en los bares del barrio, como cualquier comensal, a un precio muy competitivo, por debajo de lo que les cuesta hacerlo en casa. Los niños tienen su almuerzo y merienda preparados cada mañana y cada tarde, respectivamente. Evidentemente, aquellos que desean platos especiales, con un coste superior, deben abonar la diferencia. Las ingestas, ahora, nutricionalmente equilibradas han comenzado a  bajar los graves problemas de malnutrición y de obesidad en la población. No era tan difícil, tan sólo había que individualizar cada tarjeta y conectar el programa con las recomendaciones nutricionales adaptadas al individuo, según su edad, sexo y recomendaciones nutricionales realizadas por el médico de cabecera. El sistema informático posibilita varias alternativas en función de las anteriores ingestas, pudiendo introducir niveles de actividad diaria para adaptar mejor la dieta.
 
Las relaciones entre los vecinos en los bares han vuelto a ser fuertes y alegres, dejando atrás el escenario del, tan sólo, cordial y precipitado saludo en el ascensor.
 
¿Conoces el nombre de esta ciudad? ¿Nos vemos en el bar colectivo?