domingo, 26 de febrero de 2012

La actitud y la aptitud de Tico y Taco.

Licenciado en Económicas y ejerciendo como responsable de un importante centro en una empresa de restauración colectiva, concretamente en la cafetería de un gran hospital, donde se alimenta a multitud de clientes, dirige a varios colaboradores, y se ejerce un férreo control sobre los productos de muchos proveedores, como ejemplo de algunas de sus tareas; podría ser alguna de las similitudes ente Tico y Taco. Sin embargo, hay más diferencias que los separan, más allá de los diez años de experiencia y la preocupación por el nuevo champú con base de biotina, que posee uno frente al otro. Ambos tienen hoy una importante reunión con su jefe y como ineludible excusa entregar y negociar los presupuestos del próximo año.

Taco viste hoy con traje oscuro. La camisa blanca intenta destacar sobre la superposición de la rayada corbata azul y roja. Nota como la humedad intensifica el frío de la temprana madrugada al bajar del familiar auto que ha conducido, por el habitual recorrido que, como cada mañana, engulle hasta el centro de trabajo. Prácticamente sin recordar cómo llegó, ni qué vio por el camino. Pronto se olvida del frío. El tic del ojo ha regresado. ¡Lo que faltaba!. No hay razón para el temor, se repite para si mismo. El trabajo está hecho. Impecablemente hecho. La venta se ha resentido notablemente por la crisis, tanto en el número de clientes que visitan la cafetería del hospital como en el consumo medio de los mismos. Según sus cálculos, milimétricamente estudiados, este año decrece en un diecinueve con setenta y tres por cien, pero van ya tres años de continuas bajadas. Sin embargo, la materia prima sube constantemente, debido al incremento del precio de la distribución. Combustible y costes salariales, principalmente. ¿Qué decir de los gastos generales?. La maquinaria, por ejemplo, cada vez se estropea más, al ser vieja, casi llegando al fin de su vida útil. ¡Una ruina!. ¿Qué puede hacer él?. Los números no le gustarán al jefe, pero es lo que hay. Esa es la realidad y está todo perfectamente explicado. Él no va a presupuestar una utopía. ¡Nada de eso!. Es una responsabilidad no asumible. Sus quince años de experiencia así se lo indican. Espera que la crisis pase y todo vuelva a la normalidad, pronto más que tarde.

Tico está más preocupado por la venta que por su difícil combinación de americana y pantalón chino. Hoy ha elegido la camisa azul, más cómoda, que impregna el olor al agua de colonia que usa. Su formal imagen se mezcla con un toque de mesurada modernidad, acorde con su espíritu, en parte algo desenfadado y con su deportivo de gama media, que conduce con cierta agresividad. La venta no es la mejor compañera en estos momentos. Sabe que el mayor coste que puede tener es una venta insuficiente pero, sin embargo, piensa que está ante la oportunidad de replantearse el negocio. Seguramente su jefe estará más receptivo sobre algunas ideas que ya le planteó en el pasado, y algunas nuevas "recién salidas del horno". Ha trasladado a su equipo la actual coyuntura, hay que vender más y reducir costes. En su equipo, varios trabajadores, le han sorprendido con interesantes propuestas, motivadas por él, por supuesto. Tiene un pequeño análisis de mercado preparado. Es el momento de plantearlo. Sólo se equivoca quien toma decisiones. Se refuerza a si mismo, recordando una de sus frases favoritas: “Si se desea un resultado diferente, nunca se conseguirá haciendo siempre lo mismo”. Con el nuevo planteamiento, seguro que los costes fijos bajarán. Con respecto a los costes variables, no son un problema, los tiene acorralados. Unos cuantos cambios bajo la filosofía del Principio de Pareto le bastará para poder tenerlos bajo control. Presentará un presupuesto ligeramente mejor que el actual. Es lo que espera su jefe, y él sabe que su trabajo consiste, en un alto grado, en eso. Todo el trabajo que realiza durante el año se traduce, sin piedad, en unos fríos números y un cliente satisfecho. Siempre es una difícil comunión, pero posible. Tico está seguro de que para salir de la crisis hay que sumar desde cada centro, y cuenta con su equipo para ello.

Los presupuestos son la guía para conocer los objetivos cuantitativos de la empresa, y una guía para comprobar las desviaciones en determinados periodos, con el fin de tomar decisiones eficientes que los orienten hacia la correcta senda. También, son un compromiso, y un reflejo de cómo somos, y cómo trabajamos.