domingo, 23 de noviembre de 2014

Pies de barro

Un problema de cierta envergadura siempre aparece por la puerta con un malvado cortejo, hasta tal punto de que, en muchas ocasiones, pasa a un segundo plano ya que genera en su entorno las condiciones idóneas para que ciertos "enemigos" aprovechen la situación de debilidad de esta situación para iniciar, ventajosamente, una nueva batalla.

 
A Ricardo le acaban de comunicar que ha habido una toxiinfeccion en uno de los centros que dirige para una empresa de restauracion colectiva. El personal estatutario de cocina, cuyo comportamiento nadie corrige y que campa a sus anchas, elaboró ayer un postre a base de clara de huevo para toda la plantilla del turno de la mañana, que ha probado el delicioso veneno que les mantendrá de baja, al menos, una semana. La Salmonella invade rápidamente sus cuerpos mientras el servicio de la cocina se vacía. Por lo que parece, ha fallado el control sobre el producto, ya que esos huevos nunca debieron llegar a sus manos, al menos no para esa elaboración. Mucho tiene que ver la intromisión del personal estatutario en el interior de las cámaras y almacenes, a pesar de que la empresa privada que gestiona la cocina les tiene prohibida la entrada en la misma, pero que permite para evitar enfrentamientos. También ha fallado su actitud a la hora de recibir formación. Algunos de los implicados no asistieron a la misma, sin consecuencias por ello.

La noticia sale en los titulares de la prensa y en los telediarios. Algunos periódicos en los cuales se ha rescindido recientemente la publicidad de la empresa que gestiona el centro se ceban con ella especialmente en sus titulares, magnificando la situación con datos inexactos y sin confirmar la información publicada por nadie de la empresa, que carece de una estrategia y un departamento de comunicación.

El personal del servicio está muy ajustado debido a las continuas bajadas de precio en los concursos públicos y la necesidad de las empresas de ajustar costes para poder competir en un mercado cada vez más complicado. Por ello, y debido a que más de la mitad de la plantilla está de baja, hay que contratar a personal nuevo que desconoce muchas de las particularidades de ese centro de trabajo, que vuelve a cometer ciertos errores. Este servicio es, básicamente, un trabajo en cadena. Si falla un eslabón, falla todo el servicio y el eslabón es muy débil en este caso porque la empresa no se ha preocupado por tener una bolsa de trabajadores formados. Los fallos en el servicio se repiten, con la nula cooperación del personal estatutario, contrario a la privatización del servicio.

La prensa ya tiene jugosa información con la que vender periódicos varios días. Mientras, la competencia más vil,  a la que se le ha ganado limpiamente el concurso público, difunde en las redes sociales los fallos.

Los sindicatos aprovechan la noticia inicial y los errores en el servicio para reclamar que vuelva la gestión pública de la cocina, exponiendo como argumento que la privatización de los servicios al final sale cara, lo que acaba, al final, perjudicando políticamente a la dirección del centro que había evitado siempre entrar en conflicto con los trabajadores estatutarios. Tampoco es mejor la situación de la empresa privada porque se mermará la relación con su cliente, sufrirá económicamente y perderá futuros contratos por los consumidores alarmados por la prensa. Ambas organizaciones, la pública y la privada, han pecado de procrastinacion gerencial.

Enfrentarse con valentía a los problemas en el momento adecuado y sentar bases sólidas dentro de las compañías es una garantía que protege a las empresas del incierto futuro que espera, cruelmente, el momento adecuado para hundir a las organizaciones que poseen los pies de barro.

¿Qué consejos darías a las organizaciones para sentar bases sólidas?
 

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